Sant Esteve d’en Bas pertenece al municipio de La Vall d’en Bas, creado en 1968, que aglutina (además de Sant Esteve) Els Hostalets, Joanetes, Puigpardines, Sant Privat, El Mallol y La Pinya, así como otros núcleos menores. Con la unificación se recuperaba parte de la estructura del antiguo vizcondado de Bas y se creaba uno de los municipios más extensos de la comarca.
Hoy es un pueblo singular: como todos los núcleos están a unos cuantos kilómetros de distancia de los demás, cada uno mantiene una identidad propia.
Domina el pueblo la iglesia de Sant Esteve, alrededor de la cual nació la población durante el s. xii. Con el transcurso del tiempo se fueron añadiendo calles, pasos porticados y callejones escalonados que dotan el pueblo de un atractivo especial.
A lo largo del año, los campos de La Vall d’en Bas, rodeados de montañas, ofrecen un espectáculo de colores y olores diferente en cada estación.
Hostalets d’en Bas es uno de los pueblos más pintorescos de la ruta, un lugar que merece la pena conocer. Su origen está vinculado a un hostal del camino real de Olot a Vic. Hoy es un pueblo donde la agricultura y el turismo se complementan como en ningún otro sitio.
En la calle Teixeda, la más emblemática del pueblo, todas las casas tienen balcones de madera llenos de macetas con geranios y otras flores. Según la época del año, se pueden ver las mazorcas de maíz colgadas de los balcones secándose al sol. El efecto visual y estético que provoca el conjunto es indiscutible. Podría decirse que se convierte en un escaparate
dispuesto para la fotografía del turista. La calle de Vic, que se prolonga en perpendicular a la calle Teixeda, se muestra auténtica y rústica, sin exceso cromático.
Por encima de las casas del pueblo llaman la atención los acantilados de Falgars, presididos por la ermita de Sant Miquel de Falgars o Castelló
Cantonigròs es una población situada en el centro del Collsacabra. Sus orígenes, igual que los de Hostalets d’en Bas, están vinculados al camino real de Olot a Vic, a partir de un hostal edificado en el s. xvi por el gascón Antoni Prat, conocido popularmente por Toni Gros. Sus casas se prolongan siguiendo el trazado del antiguo camino real en dirección a L’Esquirol.
Las perspectivas de Cantonigros son magníficas: al norte se hallan los espectaculares acantilados de Aiats, con una caída vertical impresionante sobre el valle o sot de la Rotllada. El camino entra en Cantonigrós después de atravesar bosques y prados que el peregrino no volverá a encontrar hasta Galicia.
