sábado, 26 de febrero de 2011

Reflexiones de Cervia de Ter a Girona (16,9 Km,)

Estaba pensando que escribir hoy para hablaros de la etapa de Cervià de Ter a Girona, pero lo interesante está en lo que he escrito con el título: Lo que he aprendido el 26 de febrero.

Por lo tanto hoy voy a escribir sobre los itinerarios que hacían los peregrinos, ya que este era el pensamiento que hoy me rondaba por la cabeza mientras andaba.

Los peregrinos contaban con tres opciones o itinerarios que recorrían la Península Ibérica.

El más importante y conocido por todos los peregrinos, especialmente por aquellos que procedían del Norte de Europa, era el que actualmente conocemos como Camino Francés. Iniciaba su recorrido entrando en tierras del reino de Navarra por Ibañeta y Roncesvalles, y, a través de Castilla y León, conducía a los fieles hasta Santiago de Compostela. 

La segunda alternativa era el actual Camino Aragonés que, por Omport, enlazaba con el Camino Francés en la localidad de Puente la Reina. 

La tercera posibilidad era hacer el recorrido siguiendo buena parte de la Vía Augusta, entrar en tierras catalanas por Perthus, llegar a Barcelona y Tarragona y aquí girar hacia Lérida y Zaragoza.  Esta última alternativa, el llamado Camí de Sant Jaume, era escogido en su mayoría por peregrinos procedentes de Italia y la región del Languedoc. Numerosos eran también los peregrinos procedentes de países tan lejanos como Polonia, Hungría o la región de Bohemia, Alemania, Países Bajos e incluso ciudadanos ingleses. Hoy día se puede constatar la procedencia de estos caminantes por los salvoconductos extendidos por la Real Chancillería de los monarcas de Aragón, cuya protección solicitaban los peregrinos. 

Esta tercera opción, es la ruta que yo estoy haciendo y con hoy sumamos 16,9 km. a los que ya llevábamos recorridos. 

Lo que aprendí el 26 de Febrero (2º parte)

Catedral de Girona: Destacan de la catedral sus impresionantes dimensiones interiores y la dilatada cronología de construcción, que ha dejado vestigios de todas las épocas: desde el primitivo templo románico, consagrado en el s.xi, hasta el siglo presente. De la iglesia románica, derruida para erigirel edificio gótico actual, permanecen el claustro y el campanario. El claustro, obra del s. xii, es de infrecuente planta trapezoidal. Dispone de 56 pares de columnas, 112 capiteles y un friso que representa escenas del Génesis. Adosada a uno de los muros laterales se halla la torre de Carlomagno, un campanario de cinco pisos de estilo románico lombardo de la antigua catedral. El interior del templo es lo que más sorprende al visitante por su amplitud y sobriedad. La catedral de Girona tiene la nave más ancha del gótico europeo (22,98 m). Entre
las obras de arte que acoge cabe destacar dos piezas del s. xi: el ara del altar mayor, en alabastro, y la silla de Carlomagno. Por una puerta a la izquierda de la nave se accede al Museo Capitular de la Catedral, que posee una bellísima colección de obras de arte religioso. Destacan,
entre muchas otras, el códice del Beatus, del año 975, y la arqueta del califa de Córdoba Hisam II, labrada en plata. No obstante, la pieza más famosa es, sin lugar a dudas, el Tapiz de la Creación (s. xi-xii), obra única en su género.

Al salir de la catedral se puede visitar la plaza de Els Apòstols, antiguo cementerio, donde se encuentra la puerta de igual nombre adosada a la derecha de la nave del templo.
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Lo que aprendí el 26 de Febrero (1º parte)


Medinyà:  es un pueblo atravesado por el camino real, hoy convertido en la calle de Pere Roure.

Actualmente la carretera pasa por fuera del núcleo urbano. En la calle de Pere Roure, en la esquina con la calle de la Font, se puede ver el edificio del antiguo hospital que ofrecía acogida y servicio a los viajantes y, obviamente, a los peregrinos que transitaban por esta ruta.

Preside el pueblo el conjunto de la iglesia y el castillo de Medinyà, documentado desde principios del s. xi, del que se conservan algunos portales y varios muros.


Sarria de Ter: Este pueblo está formado por los núcleos de Sarrià de Dalt y Sarrià de Baix. Sarrià de Dalt, más antiguo, está situado en el sector montañoso del término. Estuvo habitado ya en época romana, como demuestran unos vestigios, hallados en 1970, que corresponden a una villa del s. i a. C.

El núcleo de Sarrià de Baix, por el que he pasado yo,  se originó a principios del s. xix. El Camí de Sant Jaume se adentra en el pueblo por la calle Major, por donde antiguamente pasaba el camino real de Girona a Francia. En esta calle hay buenas muestras de arquitectura modernista, como el edificio de Rafel Masó, que antiguamente albergaba los colegios municipales. Al final de la calle se halla la iglesia parroquial de la Mare de Déu de la Misericòrdia. Aunque su  construcción se inició en 1800, la finalización de las obras no se produjo  hasta 1925 a consecuencia de la Guerra del Francés, durante la cual el templo estuvo ocupado por las fuerzas francesas, que primero lo utilizaron como lugar de aprovisionamiento y después como hospital de guerra.
Girona: El río Onyar divide la ciudad de Girona en dos sectores perfectamente diferenciados. A la orilla derecha del río, sobre un cerro alargado, se recortan las torres y siluetas del núcleo antiguo, dominado por la catedral. Al otro lado del Onyar se extiende la ciudad moderna. Los orígenes de la población se remontan a la Gerunda romana, que hacia el s. i a. C. fue un campamento militar situado en un punto estratégico para controlar la Vía Augusta. Pese a las dimensiones actuales del municipio, la monumentalidad gerundense se concentra en un área muy pequeña que se corresponde con la extensión de la ciudad romana.

La comunidad hebrea ejerció una influencia muy importante durante los s. xiii y xiv. El Call (nombre que recibe el barrio judío) se conserva en bastante buen estado. Durante la Edad Media, las antiguas murallas romanas dejaron paso a otras nuevas, que se prolongaban hasta los nuevos Arriba, las coloristas casas del Onyar.

Tras los devastadores asedios sufridos por la ciudad durante la Guerra del Francés (1808 y 1809), la ciudad experimentó grandes cambios a raíz de la industrialización y se inició el desarrollo urbano que prosiguió hasta el siglo siguiente.

En 1983, la totalidad de la fachada fluvial del Onyar fue objeto de un plan de rehabilitación modélico. Los campanarios de la catedral y de Sant Feliu enmarcan este vistoso conjunto. En su parte posterior, el núcleo antiguo, joya arquitectónica de la ciudad- conserva bastante bien la mayoría de sus edificaciones. Destaca la calle de la Força, cuyo trazado largo, umbrío y escarpado coincide con el de la Vía Augusta. Durante la época romana y medieval fue la calle más importante de la ciudad. En su último tramo se encuentra el Museo de Historia de la Ciudad, ubicado en el antiguo convento de Sant Antoni (s. xviii).

Por los alrededores de la calle de la Força serpentean las oscuras y estrechas callejuelas que forman el Call, uno de los núcleos medievales mejor conservados de Europa. Pasear por este barrio supone sumergirse en un ambiente de tranquilidad que transporta a otras épocas. Subiendo por la calle de Sant Llorenç se halla del Centro Bonastruc ça Porta, la última sinagoga de Girona, que actualmente alberga un centro de estudios dedicado a seguir la huella hebrea en España. Del edificio, del s. xv, destaca el patio interior, lleno de plantas y flores, con un mosaico de la estrella de David.

Entre las calles de Sant Llorenç y Manuel Cúndaro ascienden las escaleras de la Pera, también conocidas como la subida de la catedral. Al principio se hallaban ahí los antiguos baños públicos del Call, edificio gótico reconvertido posteriormente en sede de la pavordía que administraba los
bienes materiales de la catedral. Justo delante se encuentra el monumento a los constructores de la catedral de Girona, obra de Subirachs (1986).

Girona dispone de muchísimos más lugares de interés que merece la pena conocer y visitar, pero que superan el ámbito de esta guía o, por lo menos, rebasan ampliamente el tiempo que un peregrino puede dedicar a conocer la ciudad. Una visita más pausada no debería pasar por alto la plaza de la Independència, las casas del Onyar, la rambla de la Llibertat, la iglesia de Sant Feliu, la torre Gironella, la muralla o la plaza del Vi.







jueves, 24 de febrero de 2011

Enero del 2011 tuvo un 45% menos de peregrinos que 2010 (Noticia publicada en la Voz de Galicia el 6/2/2011)

El camino de Santiago comienza a acusar el que se puede denominar como efecto post Xacobeo en el mes de enero. En el año 2010 se sellaron en la oficina del peregrino 1.169 compostelas, mientras que el mismo período del 2011 solo se registraron 518. Este dato supone que llegaron a Santiago por las distintas rutas un 45% menos romeros que el pasado ejercicio.
La parte negativa de la cifra es evidente, pero su dramatismo disminuye de manera considerable al comparar las cifras con las de el primer mes del 2009 en el que el número de caminantes fue de 520, notablemente inferior al del 2011. Es importante destacar que el 2009 fue una excelente temporada para todos los negocios que viven directamente o en parte del turismo que atrae el Camino.
En lo que compete al porcentaje de usuarios de cada ruta, el Camino Francés no solo mantiene su aplastante dominio, sino que lo aumenta en más de un 2% respecto al último año al convertirse en la ruta elegida por el 75,58% de los romeros. Le siguen el Portugués con el 9,22%, el del Norte con el 8,14%, el Primitivo con el 2,76% y la Vía de la Plata con el 2,61%. Entre el resto de rutas se reparten el 0.93% restante de visitantes.
Sarria continúa siendo con una amplia diferencia el lugar elegido para iniciar la peregrinación gracias a tratarse de la población que está justo después del kilómetro 100 hasta Santiago y por lo tanto el punto obligado para los que hacen la ruta a pie y quieren obtener la Compostela. Partieron desde este lugar el 21.20% de personas, San Jean de P. Port con el 10,45% está a continuación y les siguen O Cebreiro (9,83%), León (6,91%), Ponferrada (4,61%), Roncesvalles (4,30%), Astorga (4,30%) y Oporto (3,84%). El resto de puntos de partida están mucho más alejados de estos porcentajes.
Los españoles con un 57,60% son los más numerosos en cubrir la ruta en el primer mes del año. Entre los extranjeros se mantiene la tónica de otros años en estas fechas con la proliferación de los coreanos (21,74%), seguidos de los italianos (12,32%), portugueses (11,59%), alemanes (9,42%), estadounidenses (5,07%), brasileños y franceses (3,62%) y mexicanos (2,90%). La aportación de personas de otras nacionalidades es testimonial.
A nivel de comunidades autónomas, Galicia es la que aporta más peregrinos con un 23%, seguida de Madrid, Andalucía, Comunidad Valenciana, Cataluña, Castilla León y País Vasco.
En lo que compete a las profesiones de la gente que se aventura en el camino en estas fechas, la mayoría son trabajadores por cuenta ajena (21%), seguidos por estudiantes, profesiones liberales, técnicos, profesores, funcionarios y parados.
Por edades, el grupo más numeroso es el de los que están entre 30 y 60 años con un 66,21%., un 30% son menores de 30 y el 3,84 mayores de 60.
La motivación religiosa es mayoritaria con el 45%, religiosa y cultural alcanza el 47,31% y solo cultural el 7,53%.
Por sexos los hombres son la mayoría con una representación del 66,97%, frente al 33,03% de mujeres que hicieron la ruta en enero.

domingo, 20 de febrero de 2011

La magia del Camino de Santiago

REFLEXIONES ENTRE FIGUERES Y CERVIÀ DE TER (33,2 Km.)



Hay supuestamente, tres grandes rutas de peregrinación cristiana: Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela; y digo supuestamente, porque una de ellas, y sobre la que voy contándoos  mi experiencia en este blog, etapa a etapa, la del Camino de Santiago, ya era recorrida mucho antes de la aparición del santo apóstol por multitud de tribus durante sus migraciones. Esta ruta, también conocida como de las Estrellas, se la llama así, por recorrer bajo sus pies el mismo camino que recorre la Vía Láctea en los cielos. La versión religiosa habla de que hubo una lluvia de estrellas sobre la tumba del apóstol por el que oficialmente se realiza la peregrinación, aunque se sabe que jamás pisó suelo español, pero esa es otra historia y no me corresponde a mí contarla.

La primera vez que tomé contacto con el Camino de Santiago o Camino del Sol o Ruta de las Estrellas (cada persona la llama como mejor le parece) me sirvió para adentrarme en el mágico mundo del Camino de Santiago y llegar a vislumbrar a través de la información que voy recopilando, partes de el Camino que voy conociendo a medida que van transcurriendo mis etapas.

La travesía hasta Santiago de Compostela, que se puede hacer tanto andando como en bicicleta, también en caballo, lleva a miles  de personas a cruzar cada año una buena parte de España para llegar a Santiago desde los más remotos lugares.  Hoy ha sido mi tercer día en el camino, sigo en la provincia de Girona, después vendrá la de Barcelona, a continuación mis pasos estarán en las provincias de Lérida, Zaragoza, Navarra, Logroño, Burgos, Palencia, León y después ya entraremos en Galicia, aunque realmente para eso falta todavía mucho tiempo, muchas horas y muchas vivencias.

El Camino es diferente para cada peregrino, estoy convencido de ello, así como las lecciones de una experiencia que dos personas comparten pueden ser distintas y con estos pensamientos mi “Camino”  hoy me ha regalado el placer de conocer los rincones especiales que hay entre los 33,2 Km que separan a las poblaciones de Figueres y Cerviá de Ter.

Lo que aprendí el 19 de Febrero



Santa Llogaia d’Alguema: El pueblo forma un núcleo urbano compacto, alrededor de la iglesia parroquial, un gran edificio del s. xviii que sobresale por encima de todos los tejados del pueblo. Presenta una sola nave con cabecera escuadrada, con algunos vestigios del primitivo templo románico de los s. xi-xi




Pontós: Es un pueblo tranquilo de aire rural situado entre el curso del río Fluvià y el torrente de Àlguema. Parece ser que el nombre del pueblo procede de los puentes que cruzarían estos cursos fluviales. Cerca del Mas Castellar hay vestigios de una presa de época romana. Sobre una colina próxima se hallan los restos del castillo de Pontós, rodeados de varias masías.


La iglesia de Sant Martí de Pontós es un edificio del s. xviii que conserva algunos elementos de un templo románico anterior (s. xi-xii). La fachada principal es imponente. Sobre el dintel se halla una hornacina en forma de concha en cuyo interior se colocó una imagen de san Martín. El campanario es de planta cuadrada, con una arcada de medio punto en cada muro.






Bàscara: La Bàscara antigua empieza después de cruzar el portal que conduce a la plaza Major, noble y bien arreglada, con casas señoriales antiguas a su alrededor, como Cal Ferrer o Casa Notari (actual Casa de la Vila). Aquí apenas se oye ya el ruido de los coches y camiones, lo cual se agradece y ayuda a admirar la antigüedad de las casas, con portales adovelados y cantos extraídos del río Fluvià.




Orriols: El pueblo se halla en un cerro al oeste de la llanura del Alt Empordà. En el 1066 ya existía la iglesia de Sant Genís d’Orriols.




Viladasens: Este pequeño núcleo lleno de encanto antiguamente formaba parte de las
posesiones del monasterio de Sant Pere de Rodes. La zona más antigua del pueblo la constituyen unas pocas calles alrededor de la carretera.


En el centro del pueblo se encuentra la iglesia de Sant Vicenç de Viladasens, antigua iglesia parroquial documentada desde el año 1046, aunque la obra actual es de época barroca (s. xviii), pero con vestigios románicos, especialmente visibles en el ábside y en la fachada occidental, donde destacan un ojo de buey y una ventana decorada. En su interior podemos observar algunos elementos esculpidos que han sido fechados en el s. xii: encima de un pilar situado a la derecha del presbiterio hay una imposta con un león devorando a un hombre, y a la izquierda del presbiterio, en uno de los muros laterales, se representa el pecado
original.




Cervià de Ter: Cervià de Ter tiene su origen en un antiguo castillo, documentado desde
el 922, propiedad de los condes de Girona. De aquella fortaleza no quedan prácticamente vestigios, solo varios fragmentos de las murallas, situados en la cumbre de una colina.


El centro histórico conserva vestigios de la Edad Media. Cabe destacar la muralla que rodeaba el pueblo, de la que podemos observar algunos vestigios en las calles de Girona, de la Muralla y del Torrent Anglí. Los elementos más destacados de la muralla son la Torre de les Hores (cilíndrica, de 10 m de altura, coronada por un reloj) y el Arc del Portal (el portal oriental de la población, muy bien conservado). En el Arc del Portal empieza la calle del Hospital, una de las principales del núcleo histórico, donde hay varias casas con portadas y ventanas de antigüedad notable, así como los restos del antiguo hospital de la población, que podremos reconocer por el espectacular dintel de la puerta principal, decorado con tres figuras humanas en relieve.


El edificio más emblemático de la villa es el priorato de Santa Maria de Cervià. Fundado en el 1053, desde mediados del s. xi hasta el xvi dependió del monasterio italiano de San Michele della Chiusa.