sábado, 2 de julio de 2011

Reflexiones de Anglesola a El Palau d'Anglesola (20,3 Km)


Tengo que reconocer que mis etapas en el Camino de Santiago, es una sucesión de paisajes increíbles como el de esta etapa al caminar por la laguna de Ivars, es como un cuento en el que cada día descubres algo más hermoso todavía. Lo bonito de esta ruta hacia Santiago es que tal vez debido a su dureza, o que la gente quiere hacer como mucho 600 Km., lo realizo en soledad, una soledad que acaba llenándote todos los poros de la piel, por lo que para mi esto es una gran suerte.

Cada día que me pongo a andar, me doy cuenta de que todo el camino de Sant Jaume transcurre por las más bellas sendas y por los mejores parajes de toda Cataluña. Tan solo por esta razón, animo a que la gente empiece en el Cami de Sant Jaume y ya tendrán oportunidad de llegar al Camino Francés y seguir por él.

La parte negativa del Cami de Sant Jaume, es que en algunas etapas, la señalización es muy mala y esto te confunde y te lleva a hacer más kilómetros de los necesarios.

Ya para finalizar esta reflexión, quiero decir  que El Camino me va enseñando cosas, por lo tanto es un pozo de sabiduría, donde a cada paso que doy, descubro y aprendo cosas nuevas.

Lo que aprendí el 1 de Julio


Barbens: Esta antigua población, ya documentada desde finales del siglo XI, posee un bonito e interesante núcleo urbano. Por el término transcurre la cuenca baja del río Ondara, habitualmente seco debido a la dura climatología y a la aridez del terreno. El pueblo es totalmente plano, por lo que por las calles hay tantos peatones como ciclistas, pues en Barbens la afición a la bicicleta es algo proverbial.

El pueblo comparte algunas calles y habitantes con Seana, que pertenece a Bellpuig y que queda al sur de Barbens.

El núcleo primitivo de Barbens se puede situar en la plaza Major, con la iglesia, el castillo y las casas circundantes. En este sector cabe mencionar la existencia de edificaciones que conservan elementos de los siglos XVII y XVIII. El crecimiento demográfico motivó la construcción de nuevos edificios, sobre todo al sur y al oeste del núcleo primitivo.

La iglesia parroquial, dedicada a la Asunción de la Virgen, es de estilo románico, del siglo XIII. Muy cerca se encuentra el Ayuntamiento, con sede en el antiguo castillo de los templarios, con aspecto de casal residencial fortificado.

Ivars: Nada más acceder al pueblo, una señal indica la dirección hacia la ermita de la Mare de Déu de l’Horta. Queda a mano izquierda, al lado de un pequeño parque. La puerta suele estar ajustada, pero abierta, y se puede entrar sin restricciones. El edificio se erigió en el siglo XVIII, después de que, según la leyenda, un pastor encontrase una imagen a los pies de un olmo. El hombre tenía la intención de llevarla a otro pueblo, pero milagrosamente la Virgen siempre regresaba al lugar donde, más tarde, se construiría la ermita.

En el llano de Urgell se invoca a la Virgen de la Huerta (Mare de Déu de l’Horta) para pedir lluvia. Encontramos un ejemplo de su eficacia el año 1600, cuando la procesión que venía de Tàrrega se vio sorprendida por un chaparrón que obligó a sus integrantes a quedarse en Ivars.


El núcleo antiguo de Ivars se caracteriza por sus espacios amplios, plazas cerradas y calles pobladas de casas históricas. En contraposición, la parte moderna del pueblo es un caos urbanístico. Además, el ajetreo humano y automovilístico es casi constante, por lo que el núcleo antiguo resulta un reducto de tranquilidad.



Laguna de Ivars y Vila-sana. La aproximación a la laguna desde Ivars es cómoda porque la ruta señalizada baja suavemente para situarse a su nivel. Enseguida se pueden ver las aguas


que se extienden por una superficie que, de este a oeste, es bastante más larga que ancha. Hacia el lado oriental llama la atención el cañizal que actúa de filtro natural donde mana el agua que alimenta la laguna.

La formación de esta laguna se remonta miles de años atrás y se debe a las condiciones geológicas de la zona: el relieve suave y llano de la comarca combinado con un terreno impermeable provoca que el agua se estanque en muchas áreas cerradas, por lo que antiguamente había muchas lagunas como la de Ivars y Vila-sana.

Por lo general, estas lagunas tenían poca profundidad y extensión, de modo que en verano se secaban por completo y se formaban depósitos de sal que se explotaron comercialmente desde la época medieval.


importante aumento de la superficie y el volumen de agua. Así llegó a convertirse en la laguna de agua dulce más grande de Cataluña, una transformación que conllevó la aparición de la flora y la fauna habitual de esos ambientes. Además, el espacio se convirtió en un centro de la vida social y económica de los pueblos cercanos: era un lugar idóneo para celebraciones, para pasear, para la caza de aves y para la pesca.
Esta situación cambió de forma drástica con la llegada de las aguas del canal de Urgell en el año 1862 y la consiguiente aportación de agua del Segre al llano de Urgell. La laguna era el receptor de los desagües de los riegos de los cultivos de esta zona y las circundantes, lo cual provocó un 

En el año 1914 hubo un primer intento de desecación, pero no salió adelante por la oposición de los regantes de la zona. Sin embargo, en el año 1951 sí que se desecó, nuevamente en contra de la voluntad popular,con la intención de utilizar los terrenos que ocupaba para cultivos.

Durante el primer semestre del año 2005 se acabaron las obras de acondicionamiento de la zona y empezó a llenarse de nuevo. Actualmente las aguas están a solo 30 cm de alcanzar su nivel máximo, y tanto la f ora como la fauna de la laguna y sus alrededores han aumentado notablemente.

La ruta señalizada para los peregrinos la bordea por el sur. A lo largo del itinerario encontramos diferentes miradores desde donde podemos disfrutar de este singular paisaje. También encontramos pasarelas sobre el agua, paneles informativos y observatorios de aves construidos con tierra y grava, utilizando el sistema tradicional de este territorio, conocido como “tapia”. En silencio, desde estos observatorios, es posible contemplar las aves sin molestarlas. Con un poco de paciencia se pueden observar hasta 150 especies, en pleno vuelo o descansando en las diversas islas.

Los orígenes de Vila-sana se remontan tan solo al 17 de julio de 1933, después de que el antiguo término de Utxafava, las masías de La Novella Alta y La Novella Baixa y parte de Els Oberts lograsen separarse de la vecina población de Castellnou de Seana y establecerse como municipio independiente.

El nombre de Utxafava aparece en diferentes documentos desde el siglo XI. Entre el siglo XIII y principios del XV existió la baronía de Utxafava, que luego pasó a pertenecer a la de Bellpuig.

Parece ser que en el siglo XIV, a causa de las epidemias, el término quedó despoblado y no volvió a estar habitado hasta el año 1695, cuando se construyó la Casa Vella. Poco a poco surgieron otras casas solariegas, como la Casa del Dalt y la del Benefici, entre otras, pero hasta finales del siglo XIX no se puede decir que Utxafava tuviese núcleo urbano. Por ello, el pueblo no tiene un núcleo antiguo de época medieval.

El Palau d’Anglesola debe su nombre a un antiguo palacio propiedad de la Orden del Temple y, tras su disolución, de la Orden de San Juan de Jerusalén.

En la plaza Major destaca la iglesia de Sant Joan Baptista, edificio de una sola nave erigido a principios del siglo XVIII en estilo neoclásico. Su imponente fachada preside la pequeña plaza Major, lugar especialmente concurrido los fines de semana.