En estas dos etapas, debo comentar que un acto tan religioso
como la peregrinación no pude sustraerse de los milagros, siempre hay leyendas
que hacen referencia a alguno y el Camino de Santiago no es una excepción y
para ello he puesto en el blog, la leyenda del gallo y de la gallina de Santo
Domingo de La Calzada para que la disfrutéis.
"Que el camino salga a tu encuentro. Que el viento siempre esté detrás de ti y la lluvia caiga suave sobre tus campos. Y hasta que nos volvamos a encontrar, que Dios te sostenga suavemente en la palma de su mano." (Bendición Celta)
domingo, 3 de febrero de 2013
De Logroño a Najera
Lo
que no es una leyenda y es una realidad es que ya he llenado mi primera
credencial y ya estoy por la segunda. La verdad es que eso me ha hecho mucha
ilusión y mas por esa razón, hoy quiero hoy parafrasear al hidalgo don Quijote
de La Mancha con la frase: "Dejad que los
perros ladren porque es señal de que vamos cabalgando" y aunque yo el camino lo
hago andando, voy avanzando y prueba de ello los 41 sellos que indican los 41
sitios por los que he pasado y una colección que enseguida llegará a las 1.000
fotos o lo que es lo mismo, 1000 experiencias que comparto con las casi 11.000
personas que han entrado a ver mi blog y que con su pensamiento me dan fuerzas
extras para seguir hacia Santiago.
Por
lo tanto gracias a todos, tanto a las personas que me encuentro en el camino,
como a los visitantes de esta página.
De Najera a Santo Domingo de la Calzada el 27/1/2013 (21 Km.)
La
situación del albergue municipal, en el extremo occidental de la ciudad, y la
caminata urbana del día anterior permiten salir de Nájera con rapidez. La calle
del Mercado desemboca junto al monasterio de Santa María la Real, insignia
artística de la antigua capital del Reino de Navarra. Fundado en el año 1052,
fue reconstruido en el siglo XV en estilo gótico. Del conjunto sobresale el
plateresco claustro de los Caballeros. Por el lateral del monumento
tomamos la calle Costanilla - en cuesta - y abandonamos Nájera para continuar
por una pista arcillosa. En breve dejamos a un lado una nave agrícola y
cruzamos sobre el arroyo de Pozuelos o Valdecañas (Km 1,8). Sobre
brea y, de nuevo, tierra, llegamos definitivamente a una pista asfaltada (Km
3,8) que conduce directamente hasta Azofra, villa agrícola asentada en la
fértil vega del río Tuerto. La mejor prueba de su pasado jacobeo es la
fundación, ya en el año 1168, de un hospital y un cementerio para peregrinos
(Km 5,7).
El
Camino atraviesa Azofra por su calle Mayor, donde se encuentra la farmacia, las
tiendas de comestibles y los bares. Conviene saber que hasta Cirueña, la
próxima localidad con algún servicio, restan 9,3 kilómetros. Nos despedimos de
Azofra junto a la Real Casona de las Amas, antigua residencia de familia
ilustre que ha sido rehabilitada para el turismo. A la salida tomamos un corto
tramo de la LR-206 y, al llegar junto a la fuente de los Romeros, nos
desviamos a mano izquierda para retomar la jornada por pistas. Pasado más de un
kilómetro nos topamos con una picota de mediados del XVI, símbolo de
justicia (Km 7,2).
En
los próximos kilómetros el trazado de la etapa se acerca durante algún tramo al
de la N-120 y cruza la carretera de Alesanco (Km 8,9). En cuanto al paisaje,
los campos de cereal van arañando progresivamente el terreno a la vid, señal de
que Castilla está cerca, aunque hasta mañana no daremos el adiós definitivo a
La Rioja. Tras un repecho tendido de un kilómetro llegamos junto a un merendero
(Km 13), buen lugar para dar cuenta del almuerzo y, a escasos diez minutos nos
encontramos, con sorpresa y desagrado, con un club de golf y un complejo
residencial que han construido a las afueras de Cirueña.
Tras
la urbanización se llega hasta esta localidad (Km 15), que el Camino pasa de
refilón por la calle Barrio Bajero. A la salida nos encontramos con un pequeño
tramo de carretera que lleva hasta otra pista agraria, que avanza recta entre
los campos de cereal. Tras una suave ondulación se descubre Santo Domingo
de la Calzada, donde como un faro vigía despunta la torre barroca de la
catedral. El prólogo a Santo Domingo son varios almacenes y naves (Km 19,5).
Después seguimos junto a la carretera de acceso que conduce hasta las calles 12
de mayo y Mayor, donde está el ambicioso albergue de peregrinos (Km 21)
El milagro del gallo y la gallina en Santo Domingo de La Calzada
Cuenta la tradición que entre los muchos peregrinos
compostelanos que hacen alto en esta ciudad para venerar las reliquias de Santo
Domingo de la Calzada, llegó aquí un matrimonio alemán con su hijo de dieciocho
años llamado Hugonell, procedente de Ad Sanctos (Xanten en la diócesis de
Münster, pero hasta 1821 del Arzobispado de Colonia).
La chica del mesón donde se hospedaron se enamoró del
joven Hugonell, pero ante la indiferencia del muchacho, decidió vengarse. Metió
una copa de plata en el equipaje del joven y cuando los peregrinos siguieron su
camino, la muchacha denuncio el robo al Corregidor.
Las leyes de entonces (Fuero de Alfonso X el Sabio)
castigaban con pena de muerte el delito de hurto y una vez fue prendido y
juzgado, el inocente peregrino fue ahorcado.
Al salir sus padres camino de Santiago de Compostela,
fueron a ver a su hijo ahorcado y, cuando llegaron al lugar donde se
encontraba, escucharon la voz del hijo que les anunciaba que Santo Domingo de
la Calzada le había conservado la vida. Fueron inmediatamente a casa del
Corregidor de la Ciudad y le contaron el prodigio.
Incrédulo el Corregidor contestó que su hijo estaba tan
vivo como el gallo y la gallina que él se disponía a comer.
En ese preciso instante el gallo y la gallina saltando
del plato se pusieron a cantar.
Y desde entonces se dicen los famosos versos:
SANTO
DOMINGO DE LA CALZADA DONDE CANTO LA GALLINA DESPUÉS DE ASADA
Poesía escrita a la entrada de Najera
De Logroño a Najera el26/1/2013 (29,6 Km)
Como
pez fuera del agua, así se siente el peregrino en las grandes urbes del Camino.
La capital riojana no es, ni mucho menos, de las peores. La calle Ruavieja
enlaza con Barriocepo y ésta nos dirige a la plaza de Santiago, donde se
alza la iglesia homónima (aquí sellan y facilitan la credencial) que luce en su
fachada una talla de Santiago Matamoros. Más adelante, pasando bajo el arco
conocido como Puerta del Camino, llegamos hasta la fuente circular donde
nace la calle Marqués de Murrieta. Más de un kilómetro de acera, comercios
y peatones estresados nos llevan hasta las vías del tren y trescientos metros
más adelante, junto a un concesionario de Nissan, giramos a la izquierda para
continuar hasta el parque de San Miguel. Escenario del botellón de los
fines de semana, de día ofrece una cara más amable y menos ruidosa. Entre
jardines llegamos hasta el túnel de la circunvalación e inmediatamente al paseo
- llamado aquí vía verde - que conduce al parque de la Grajera (Km 3,5).
Un
tramo del paseo se encuentra flanqueado por cipreses y recuerda a las imágenes
de la Vía Appia, famosa calzada que partía desde el mismísimo foro de la
antigua Roma. Pasado un área de juegos infantiles y un área deportiva se
encuentra el dique del embalse de la Grajera, construido en 1883 sobre una
laguna con el fin de acumular el agua del río Iregua y regar las huertas
situadas al sur de Logroño. Hoy es un entorno recreativo envidiable donde
pescar, pasear, merendar o, simplemente, descansar (Km 5,8). Tras la presa se
llega en breve al aula didáctica medioambiental y se traspasan los límites del
parque por una pista asfaltada que avanza entre suaves lomas pobladas de vid.
Dejando a un lado el desvío al campo de golf (Km 8) iniciamos un exigente repecho
que nos obsequia con unas magníficas vistas: en primer plano las vides, una
masa arbórea rodeando al embalse en segundo término y al fondo Logroño. Con
este placer visual alcanzamos el alto (Km 9,2) y descendemos hacia
Navarrete junto a una valla metálica cosida por las cruces que van dejando los
peregrinos. La silueta de un toro de Osborne también nos acompaña en la bajada
y, ya en el llano, cruzamos finalmente sobre la AP-68 para llegar a las ruinas
del hospital de peregrinos de San Juan de Acre, fundado hacia 1185 por
Doña María Ramírez. Una recta nos separa de Navarrete, pueblo de alfareros
emplazado sobre el cerro Tedeón. La calle La Cruz rodea el casco urbano y
sube hasta la iglesia de la Asunción. Navarrete dispone de suficientes
establecimientos donde saciar el apetito, que ya aflora tras tres horas de
marcha (Km 12,7).
Junto
a la iglesia reiniciamos la maquinaria por la calle Mayor Alta y la plaza del
Arco para girar a mano izquierda por la calle Arrabal y proseguir de frente por
la calle San Roque. Pasado el cementerio, que luce la portada y los ventanales
del hospital de San Juan de Acre, tomamos un camino que se arrima a las vides,
los olivares y los árboles frutales que pueblan las huertas privadas. El camino
muere junto a la Cooperativa Vitivinícola de Sotés (Km 16,1), donde
cruzamos la carretera que se dirige a Sotés para tomar una pista asfaltada que
llega al borde de la autovía. Paralelos a la A-12 avanzamos hasta el desvío que
lleva a Ventosa (Km 18,1). Aquí tenemos la posibilidad de dirigirnos hacia esta
localidad- con albergue y varios bares - o continuar rectos. Escogemos la
visita a Ventosa y recorremos el kilómetro y trescientos metros de
pista arcillosa que nos separa de ella (Km 19,4).
Llegamos
así a la LR-341 y el Camino continúa por su arcén sin acceder,
paradójicamente, al casco urbano de Ventosa, sobre el que sobresale la iglesia
de San Saturnino. En breve, junto a la bodega Vallformosa, un camino
pedregoso nos guía hacia el alto de San Antón en corta y fácil subida
(Km 21,2). Desde esta atalaya la vista se despeja y nos muestra el valle
del Najerilla, terreno arcilloso cubierto, como no, de sarmientos retorcidos
dispuestos en terrazas separadas de monte bajo. La panorámica también descubre
Nájera, aparentemente cercana pero realmente distante. Bajamos hasta el paso
que salva la N-120 y continuamos hacia un repetidor de telefonía, situado en el Poyo
de Roldán, enclave donde tuvo lugar el legendario combate entre Roldán y el
gigante Ferragut. También nos sale al paso un guardaviñas, construcción
circular que servía de refugio a los agricultores y utilizado por los guardas
de campo para custodiar las cosechas (Km 25).
Nájera
sigue sin presentarse y tras una fábrica de áridos cruzamos el río Yalde por
un pequeño puente de madera y hormigón (Km 26). Nos alejamos de su cauce y tras
kilómetro y medio finalmente, ahora sí, cruzamos la N-120 (mucha precaución)
para entrar en Nájera. Sin embargo aún nos quedan dos kilómetros de
travesía urbana. Pasamos junto al polideportivo y continuamos por las avenidas
de Logroño y San Fernando hasta el puente sobre elrío Najerilla. Tras cruzarlo
hay que torcer a la izquierda y avanzar por el paseo paralelo al río hasta el
albergue (Km 29,6).
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