La villa de Amer, situada junto al río homónimo, nació a la sombra del monasterio de Santa María, consagrado a mediados del s. x. Fue un convento muy importante, el único que se mantuvo independiente durante los s. xi y xii; en algún momento dependía únicamente de la Santa Sede. El edificio, ubicado en el centro del pueblo, ha sufrido numerosas transformaciones, por lo que desde el exterior no se reconoce su estructura original. El interior muestra tres naves separadas por una curiosa estructura de pilares. En la sacristía de la iglesia se conservan dos capiteles del antiguo claustro, probablemente del s. xi; uno está decorado con motivos geométricos y el otro, con cuatro rostros.
Muy cerca del monasterio se halla la plaza Major, una de las más extensas deCataluña. Al norte del término, de camino a Les Planes d’Hostoles, se halla la conocida Font Picant, fuente natural de aguas carbónicas de origen volcánico.
Les Planes d’Hostoless: Es un lugar que merece la pena conocer. El pueblo nació alrededor de la iglesia de Sant Cristòfol. El edificio original tuvo que ser reconstruido tras la Guerra Civil, ya que se utilizó como polvorín y almacén y, en losúltimos días del conflicto, lo hicieron estallar. Cerca de la iglesia se encuentra el ayuntamiento, un interesante edificio con un gran balcón gótico.
Sant Feliu de Pallerols es uno de los pueblos con más atractivo de la ruta.
Pasear por las callejuelas de su núcleo antiguo supone retroceder en el tiempo. . El río Brugent divide el término y proporciona varios rincones idílicos al pueblo. El rumor del agua, sin duda, alegra el espíritu, por lo que es una suerte que muchas calles den al río.
Hay dos plazas que vale la pena visitar: la de la iglesia y El Firal. La primera, presidida por la iglesia parroquial gótica, está rodeada de interesantes callejuelas medievales. Merece la pena pasar por la calle de Els Cantons Estrets para comprobar el modo en que una vía puede
terminar convirtiéndose en poco más que un pasadizo. La otra plaza principal, conocida como El Firal, acoge el Ayuntamiento y la capilla del Roser. Es un lugar amplio, el preferido por los vecinos para charlar animadamente. Desde aquí, mirando en dirección suroeste, se puede ver
el santuario de la Mare de Déu de la Font de la Salut, edificio blanco claramente identificable entre el verdor de la montaña. Se trata de un santuario muy visitado por los residentes en las comarcas de la Garrotxa, la Selva, Osona y el Gironès.
Por su emplazamiento—a 1.030 m de altitud— goza de una amplia panorámica del valle de Hostoles y los Pirineos. Dispone, además, de una hospedería rehabilitada recientemente.
En una de sus orillas se encuentra la figura del pescalluna (‘pescaluna’). La leyenda, recogida también en otros pueblos catalanes, cuenta que en una noche de luna llena, un niño de Sant Feliu de Pallerols, paseaba por la orilla del rio Brugent cuando vio reflejada en el agua la luna. Se quedó tan embobado de la belleza del astro que brillaba en la oscuridad del agua que decidió pescarla con una caña. Obviamente no lo consiguió. Alguien al verlo en tono de burla le preguntó si quería pescar la luna.
Desde entonces en Sant Feliu de Pallerols llaman "Pescallunas" (pesca lunas) a la gente con ilusiones, sueños y muchos proyectos.
