sábado, 14 de mayo de 2011

Lo que aprendí el 14 de Mayo



Jorba es un pequeño pueblo situado a los pies del Puig de la Guàrdia, colina coronada por los restos del histórico castillo de Jorba, documentado desde el siglo XI, del que solo quedan ruinas.

Al cruzar el pueblo por la calle Major, tenemos la oportunidad de conocer buena parte de su patrimonio, que se concentra, medio escondido, en esta calle de cierto regusto rural. Por ahí pasaba el antiguo camino real, convertido después en carretera nacional y, actualmente, en autovía.

En esta estrecha calle flanqueada por casas antiguas,cabe destacar, en primer lugar, el imponente crucero de 1609 que preside elacceso al núcleo antiguo y nos da una religiosa bienvenida al pueblo. Presenta el Cristo crucificado, por un lado, y la Virgen, por el otro. Más adelante hay un tramo de calle cubierto y, a continuación, el lavadero municipal.

La iglesia parroquial de Sant Pere, visible desde casi cualquier punto del pueblo, es un edificio gótico del siglo XVI. Dos gárgolas y un pequeño rosetón decoran la fachada. Un guardapolvo confeccionado con un arco flamígero corona la puerta de esta construcción, donde la piedra es la absoluta protagonista.

Santa María del Cami. Esta pequeña agrupación de casas con dos iglesias pertenece al municipio de Veciana. Se atraviesa rápidamente por una única calleja, paralela a la N-II. Los metros finales de la calleja están cubiertos por una bóveda.

Las dos iglesias se encuentran a pie de carretera. La más interesante es, sin duda, la románica. Fue una capilla asistencial en el camino real de Barcelona a Zaragoza. Durante la primera mitad del siglo XIII se convirtió en priorato y pasó a depender del monasterio de Santa Cecília de Montserrat, que envió a algunos monjes.

En el siglo XIX se convirtió en el centro de una parroquia, hasta el año 1919, cuando dejó de tener culto en favor de la otra iglesia. El elemento decorativo más singular es la ventana, de estructura circular, que se conserva en el centro del ábside, confeccionada con dovelas radiales.

Especialmente significativo es el escudo heráldico de Montserrat que puede verse en la dovela central de la puerta de acceso, recuerdo de sus orígenes vinculados a Santa Cecília.


 Porquerisses. En este pequeño núcleo carente de servicios encontramos dos atractivos. El primero son los restos de un antiguo pozo, construido con grandes sillares, en el cruce con el camino de Albarells. En la parte posterior, una bóveda pétrea cubre la mina bajo la cual pasaban las aguas.

El otro elemento interesante del pueblo es la iglesia de Sant Genís, a cuyo alrededor se sitúan las pocas casas de Porquerisses.

En Porquerisses apenas hay movimiento y los habitantes solo salen a la calle o se asoman a la ventana si oyen algún ruido extraño, lo que explica que el paso de cualquier peregrino suela atraer las miradas de los vecinos.

El núcleo de La Panadella se encuentra en un collado de 710 m de altitud, casi equidistante de Barcelona y de Lleida. Aparte de la zona de servicios, quedan vestigios de un antiguo barrio establecido junto al camino real.

Las pocas casas que perduran se encuentran detrás de una de las gasolineras.


 El relativo aislamiento del pueblo de Pallerols, a unos kilómetros de la N-II, basta para dotarlo de una quietud singular.

Hito casi mítico del Camino de Santiago en Cataluña, Pallerols es la imagen casi perfecta de lo que todos quisiéramos que fuese el Camino en Cataluña, pues allí podemos visitar la iglesia, sellar la Credencial, seguir las indicaciones en forma de vieiras y almorzar bajo la protección de Santiago.

Es una lástima que la falta de servicios y de acogida conviertan al peregrino en poco más que un transeúnte que no puede permanecer demasiado tiempo en el pueblo.

La iglesia de Sant Jaume de Pallerols es una obra románica que data del siglo XI. La estructura original de este edificio, de nave única con ábside, se reformó durante los siglos XIV y XV; la puerta de entrada se modificó y se construyó otra nave adosada al lado sur. Al acceder a su interior sorprende esta singular estructura de dos naves casi iguales.

En el ábside destacan dos ventanas de doble derrame superpuestas. Otra ventana se abre en el muro occidental, coronado por una bonita espadaña de cuatro ojos.


En el exterior podemos ver una imagen de Santiago, con todos los atributos de peregrino. 

Sant Antolí i Vilanova. El origen de lo que hoy se conoce como Sant Antolí i Vilanova fue una plaza que se construyó durante la segunda mitad del siglo XVI en un intento de convertir en pueblo de Sant Antolí en ciudad.

Esa plaza, que debía de ser porticada, se situó a orillas del río Ondara, algo lejos del núcleo antiguo del pueblo, y recibió el nombre de Vilanova. Hoy ese lugar se conoce como plaza de la Constitució, a la que se accede por un puente que cruza el río.

He visitado la moderna iglesia parroquial de Santa Maria, construida por los habitantes del pueblo en el año 1950 al pie del Camino.


 Hostalets, formado por una calle única, guarda en esa estrecha arteria urbana el recuerdo de
un pequeño núcleo de hostales construidos al pie del antiguo camino real. El peregrino boloñés más famoso, Domenico Laffi , que se dirigió en varias ocasiones a Santiago, recoge en su libro Viaggio in ponente a San Giacomo di Galitia e Finisterrae el paso por este lugar, al que da el nombre de Mesoncillos.

La parte más antigua del pueblo se concentra junto a la iglesia de Sant Jordi, edificio del siglo XVI.

 En la fachada de poniente de la iglesia hay una hornacina con una pequeña imagen del santo y, justo debajo, una fuente, una bandera catalana pintada en la pared, un banco y un canal de riego de aguas nerviosas.

Sant Pere dels Arquells es uno de los pueblos más bonitos de la ruta, un pueblo de casas rústicas, en su mayoría restauradas con gran acierto.

La iglesia, documentada desde mediados del siglo XI, es el edificio más emblemático. En el siglo XIV se derribó la primitiva iglesia románica para construir en el mismo lugar la actual, que se reconstruiría en el año 1867. Es una obra de estilo gótico de una sola nave con un ábside poligonal de cinco caras. Sobre la puerta de entrada de este edificio, declarado Bien Cultural de Interés Nacional, pueden verse las llaves de san Pedro.

Los primeros dueños del templo lo cedieron en el año 1100 al monasterio de Santa Maria de l’Estany, que fundó allí un priorato agustino, lo cual propició el nacimiento del núcleo urbano que rodea la iglesia. Desde el siglo XII hasta 1835 fue un priorato; a partir de la desamortización pasó a ser una iglesia parroquial.

Del urbanismo más primigenio, que surgió con la llegada de los monjes, queda un grupo de casas alrededor de una plazoleta interior a la que se accede por una calle cubierta.

Los orígenes de la ciudad de Cervera se remontan al tiempo de los íberos. Durante la dominación árabe fue plaza fronteriza dotada de castillo. Reconquistada en el año 1035 por Guillermo de Cervera, la ciudad pasó a ser propiedad de la Corona de Aragón.

En el siglo XIII, la calle Major ya se había configurado como el centro de la ciudad y existían dos parroquias, la de Santa Maria y la de Sant Ramon. Las casas se alineaban a lo largo de la calle Major, abiertas únicamente hacia el interior, de forma que ellas mismas formaban su propia defensa, una vez cerrados ambos extremos de la calle.



De la iglesia de Santa Maria destaca el rotundo campanario octogonal. El edificio religioso más importante de Cervera y notable ejemplar del gótico catalán.

La torre, que se alza en un extremo de la iglesia, despunta de forma  inconfundible sobre el perfil de la ciudad. En cada una de sus ocho caras se abre un amplio ventanal gótico ornamentado.

De la antigua construcción románica del edificio solo queda una interesante
puerta esculpida, protegida por un pórtico de estilo gótico que recibe el nombre de puerta de Sant Martí por la temática del tímpano.

La iglesia está formada por una gran nave central y dos naves laterales de dimensiones más reducidas. En el altar mayor se venera la imagen de la patrona de la población, la Mare de Déu del Coll de Les Savines, talla en madera románica del siglo XIII. Por detrás del altar discurre el deambulatorio, zona de paso para los peregrinos que se acercan a venerar a la patrona de Cervera.

Junto a la iglesia se encuentra la plaza del Fossar, antiguo cementerio que ofrece unas vistas excepcionales del paisaje ondulado y sereno de La Segarra.